Vivir sentir
Quizás aún me quede mucho por delante. Mucho bueno y mucho malo. Aún así sé que soy todo tuyo, sí. Todo tuyo literalmente literariamente. El mar nos mece juntos. Soy tuyo en alma, ya que no nos están permitidos nuestros cuerpos. Yo soy tuyo en arte y en palabra, en música y en sentimiento de amor.
Con esa especie de furia alegre con la que mis manos recorren rápido el teclado del ordenador, con que mis ideas vuelan sobre la literatura de mis palabra, con que mi cuerpo se mece sobre la silla y con que mis sonrisas se vuelven locura. En ese sentimiento escribo y me refugio contra ti y contra mí, por los dos y por nosotros juntos. No sabemos lo que siento, ni tú ni yo ni juntos. Pero eres ella, no Ella al final, ¿verdad?
¿Tú crees en Él? Te preguntas por lo que sabes y por lo que no. Pero sabes que no sabemos aún nada y lo sabemos todo y crees en el equilibrio. Me encanta vivir rodeado de papeles en mis mesas. Rodeado de poesías inacabadas y de dibujos por empezar. Pero también de libros hechos por otros y de artes por aprender. Hay poesías hechas por mi mano terminadas entre las partituras y los textos sagrados se mezclan con las blasfemias para anularlas. Mi contrabajo, a la esquina izquierda. A la derecha, mi ventana de los atardeceres alegres y coloridos. A la izquierda, de nuevo, el piano con el sombrero dandee. Los libros, por los cuatro rincones. Las fotos, rodean las paredes. Las aves y los muñecos y el bonsái. El armario de ropa. Música y algo de ciencia. Mucha filosofía, mucho arte al final.
No pienso volver a ser egoísta. Aunque me sugieres una opresión en el pecho con tus recuerdos. Y tu sonrisa tímida y tu carcajada loca. En mi cama hay una neurona esperando a ser útil y no solo mero adorno. Me sugieres un despertar con tu imagen en la mente. Es una pequeña debilidad que me supones a veces. Para ya avanzar al amor. Y me sugieres luego, de escrito y de palabra, no enamorarme de ti. Perfecto, trato hecho. Pero déjame que avancemos juntos. Puede ser muy divertido. No quiero tu cuerpo (el mío sí a veces) pero sí tu alma en parte. ¿Egoísta? Lo soy por poco tiempo, hasta que mis cenizas renazcan por completo. Mi fénix salga del alma y entonces pueda esculpir mi nuevo cuerpo interior. Estaré dispuesto a entregarme al arte.
El epistéme es tuyo y mío. Como dijiste, nunca sabemos lo que realmente sabemos. Tenemos la intuición pura, la visión deformada y la sabiduría incompleta. Siempre seguiremos así.
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